abril 04, 2006

NIÑOS EN PELIGRO

Por Elena del Castillo

EFE.- En lugar del tradicional pan debajo del brazo, los bebés vienen al mundo actual con un concentrado de sustancias químicas tóxicas. Muchos de los objetos que forman parte de la vida cotidiana, como un biberón, un pañal, un perfume o un sillón, pueden ser fuente de alternaciones neurológicas, reproductivas, del desarrollo, inmunológicas e, incluso, de cáncer, según el informe "Legado Químico" de "Greenpeace".

En una época en la que los organismos de salud recomiendan a las embarazadas y niños no consumir ciertos pescados por su alto contenido en mercurio, un nuevo informe de la organización ecologista internacional "Greenpeace" alerta sobre siete tipos poco conocidos de contaminantes orgánicos persistentes (COP) presentes en el aire, en juguetes, ropa, moquetas, envases, cables, discos compactos, detergentes, champús, cosméticos y otros productos de uso cotidiano.Estas sustancias pueden influir en el organismo humano desde el momento de la gestación, por lo que la organización ecologista pide una legislación que asegure a los niños y niñas el derecho a nacer libres de sustancias tóxicas y la ratificación del Convenio de Estocolmo de la ONU sobre estos contaminantes.

Según la organización ecologista, las actuales políticas de control no nos protegen frente a los COP, y el hecho de que existan productos sustitutivos más seguros debe ser razón suficiente para su prohibición.Cincuenta países integran ya el citado convenio, con la reciente ratificación por parte Francia, por lo que se ha encendido la luz verde para su entrada en vigor en mayo de 2004, con la restricción de fabricar y comercializar 12 COP muy peligrosos, un principio para cubrir el vacío existente. El trabajo será arduo porque existe un grupo de unas 1.400 sustancias "extremadamente preocupantes" que exigiría un "tratamiento especial" previo el pertinente estudio, según el citado informe.

Otro dato escalofriante es que no se tiene suficiente información sobre los posibles efectos en la salud del 95 por ciento de las aproximadamente 100.000 sustancias químicas que se fabrican y comercializan en la Unión Europea.


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