enero 10, 2007

BENEFICIARIOS DE LOS TRANSGENICOS


Los transgénicos solamente benefician a las grandes empresas de la biotecnología

09/enero/2007

Un nuevo informe realizado por la organización ambientalista Amigos de la Tierra Internacional y que fue recientemente divulgado, subraya que los cultivos genéticamente modificados (o transgénicos) no han logrado resolver los principales problemas a los que se enfrentan los agricultores del mundo entero, y que más del 70 por ciento de las plantaciones de transgénicos a gran escala se concentran en dos países (Estados Unidos y Argentina).


El informe, titulado "¿Quién se beneficia con los cultivos transgénicos?”, se basa en un análisis del desempeño de los cultivos transgénicos a nivel mundial entre 1996 y 2006. Según el informe, los productos transgénicos que se comercializan en la actualidad no han hecho disminuir sino aumentar el uso de plaguicidas, y su productividad no es mayor que la de las variedades convencionales. En conclusión, el medio ambiente no ha ganado nada con los transgénicos, que ya han dado evidencia que se volverán cada vez más insustentables a mediano y largo plazo.

Según Karin Nansen, integrante de Amigos de la Tierra Uruguay, "ninguno de los productos transgénicos comercializados hoy en día ofrece ventajas al consumidor en lo referente a precio o calidad, y, hasta ahora, estos productos no han hecho nada para aliviar el hambre o la pobreza, en America Latina, en África ni en ningún otro lado".

"La gran mayoría de los transgénicos que se cultivan hoy son usados como alimento de alto costo para el ganado, para proveer carne a los países ricos", agregó.

El informe publicado por Amigos de la Tierra Internacional se da en simultáneo a la publicación del informe anual sobre el "Estado mundial del comercio de biotecnología" del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA), una organización auspiciada
por la industria biotecnológica, que presenta los cultivos transgénicos como solución clave del problema del hambre y la pobreza. La industria de los cultivos transgénicos sigue afirmando falazmente que dichos cultivos contribuirán a eliminar el hambre en el mundo.

2006, un mal año para los cultivos transgénicos

En 2006, el Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos, gran defensor de los cultivos transgénicos, reconoció por primera vez que el rendimiento de estos cultivos no es mayor que el de los cultivos convencionales. Además, un número aplastante de estudios realizados por científicos independientes demostró que los rendimientos de los cultivos transgénicos son inferiores, o a lo sumo equivalentes, a los de las variedades no transgénicas.

También en 2006, un sondeo de opinión realizado en toda la Unión Europea volvió a confirmar que el público europeo se opone a los alimentos transgénicos.

En 2006 se descubrió que el suministro de arroz en cuatro continentes había sido contaminado por un arroz transgénico ilegal, supuestamente utilizado en ensayos de campo sólo hasta 2001. Esto demostró una vez más que la industria biotecnológica no puede o no quiere controlar sus productos.
En la última década, la producción de algodón disminuyó en la mayoría de los países que adoptaron el algodón transgénico (México, Argentina, Colombia, Sudáfrica y Australia) y, para el año 2007 específicamente, está prevista una caída significativa de la producción de algodón transgénico en Sudáfrica y México.

Finalmente, hasta diciembre de 2006, solamente cuatro cultivos (maíz, algodón, soja y colza) con dos únicos rasgos (tolerancia a los herbicidas y resistencia a los insectos) habían sido sembrados a gran escala en los Estados Unidos, el mayor productor de cultivos transgénicos, a pesar de que este país lleva aprobados 71 "eventos" biotecnológicos (como se le denominan a las nuevas variedades transgénicas) para uso comercial.