VERGUENZA: LA ARGENTINA CLOACAL
EDITORIAL
Diario de la República (San Luis)
marzo 5 de 2007
UNA SOLUCIÓN YA
La salud de la población es uno de los temas que más debe preservar cualquier gobierno . Por razones económicas y de muy diversa índole la Argentina no cuenta con los últimos elementos que la tecnología y la ciencia han puesto a disposición de la humanidad. Está claro, además, que los que existen, son de muy difícil acceso para la mayor parte de la gente. Hay un costo que los vuelve prohibitivos para muchos. Muchas veces la distancia y otros factores contribuyen a volverlos inalcanzables.
Todos los funcionarios que tienen responsabilidad de gobernar en los distintos niveles deben trabajar mucho en la prevención de enfermedades, en tener los cuidados sanitarios imprescindibles para no colocar a las personas en situación de riesgo y evitar que contraigan enfermedades, que las mismas se propaguen y resulten absolutamente lescivas a la calidad de vida.
Se suele preferir la obra ostentosa que permita el lucimiento tan redituable a la hora de juntar votos. Pero las redes cloacales y las plantas de tratamiento de agua resultan imprescindibles.
Las últimas lluvias han dejado muchos barrios de la ciudad de San Luis con las cloacas desbordadas. En barrios densamente poblados esto constituye un peligro cierto e inminente. Niños y familias completas en derredor de desagües y pozos que lanzan un aroma fétido y pestilente, es un paisaje que los vecinos no merecen.
Hepatitis, diarreas y toda otra clase de enfermedades encuentran una caldo de cultivo formidable. Hay voces que indican que en vastos sectores el sistema cloacal y de desagües ha colapsado.
No se comprende que otros temas tengan prioridad sobre la solución de este drama. Por encima de discursos truncos, sellos, reuniones en la Capital Federal y acuerdos políticos debería estar la necesidad de la gente. Luego, en la campaña, se escuchará que se piden los votos para alcanzar el poder y los espacios que permitan resolver las necesidades de la gente. Bueno sería que se comiencen a resolver ahora. No cabe aquí culpar a gestiones anteriores, funcionarios del mismo signo político vienen ocupando el Municipio capitalino desde hace años. Inclusive esos “ñoquis” que se censuran y que se dice que entorpecen la gestión, reconocen su origen en ediles absolutamente afines al actual ocupante del edificio de Belgrano y San Martín.
Se requiere una estructura duradera que no implique un parche o un arreglo provisorio que la próxima lluvia destruya de inmediato. No deben mediar cuestiones ideológicas, ni excusas inaceptables. Se deben realizar las obras que los barrios necesitan. Si es cierto que tantos fondos llegaron desde la Casa Rosada será la hora de utilizarlos sin más prolegómenos ni especulaciones. Si son necesarios estudios, análisis de factibilidad y otro tipo de análisis, hoy deberán tomarse medidas inmediatas en las zonas afectadas y proceder luego a los trabajos establecidos.
Incomodan las manifestaciones posteriores de sensibilidad social y de preocupación por la protección por los vecinos. Las actuaciones en el Concejo Deliberante y los corsos de la avenida Lafinur podrían esperar. La mugre surgiendo en el corazón de cada barrio pide una solución ya.
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