enero 11, 2008

PRINCIPIO TIERRA - por LEONARDO BOFF


Aguas menguantes en las Cataratas



Nunca se había hablado tanto de la Tierra como en los últimos tiempos. Hasta parecería que la Tierra acabara de ser descubierta. Los seres humanos han hecho un sinnúmero de descubrimientos, pueblos indígenas escondidos en las selvas remotas, seres nuevos de la naturaleza, tierras distantes y continentes enteros. Pero la Tierra nunca fue objeto de descubrimiento. Fue necesario que saliésemos de ella y la viésemos desde fuera para descubrirla como Tierra y Casa Común.

Eso ocurrió a partir de los años 60 con los viajes espaciales. Los astronautas nos revelaron imágenes antes nunca vistas. Usaron expresiones conmovedoras como «la Tierra parece un árbol de navidad colgado en el fondo azul del universo», «es bellísima, resplandeciente, azul y blanca», «cabe en la palma de mi mano y puedo taparla con mi pulgar». Otros tuvieron sentimientos de veneración y de gratitud y rezaron. Todos regresaron con un renovado amor por la buena y vieja Tierra, nuestra Madre.

Esta imagen del globo terrestre visto desde el espacio exterior, divulgada diariamente por las televisiones del mundo entero, suscita en nosotros un sentimiento de sacralidad y está creando un nuevo estado de conciencia. En la perspectiva de los astronautas, desde del cosmos, Tierra y Humanidad forman una única entidad. Nosotros no vivimos solamente sobre la Tierra. Somos la propia Tierra que siente, piensa, ama, sueña, venera y cuida.

Pero en los últimos tiempos se han anunciado graves amenazas que pesan sobre la totalidad de nuestra Tierra. Los datos publicados el 2 de febrero que culminaron el día 17 de noviembre de 2007, por el organismo de la ONU, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, junto con los impasses recientes de Bali nos indican que ya entramos en la fase del calentamiento global con cambios abruptos e irreversibles. El calentamiento puede variar de 1,4 a 6 grados centígrados dependiendo de las regiones terrestres. Los cambios climáticos son de origen antrópico, es decir, su principal causante es el ser humano que ha dado vida a un proceso industrial salvaje.

Si no se hace nada, iremos al encuentro de lo peor y millones de seres humanos podrán dejar de existir sobre el planeta.

Como hemos destruido irresponsablemente, ahora debemos regenerar urgentemente. La salvación de la Tierra no caerá del cielo. Será fruto de la nueva corresponsabilidad y del renovado cuidado de toda la familia humana.

Dada esta situación nueva, la Tierra se ha vuelto, de hecho, el oscuro y gran objeto del cuidado y del amor humano. No es el centro físico del universo como pensaban los antiguos, pero se ha vuelto en los últimos tiempos el centro afectivo de la humanidad. Sólo tenemos este planeta para nosotros. Desde aquí contemplamos todo el universo. Aquí trabajamos, amamos, lloramos, esperamos, soñamos y veneramos. A partir de la Tierra hacemos la gran travesía rumbo al más allá.

Lentamente estamos descubriendo que el valor supremo es asegurar la pervivencia del planeta Tierra y garantizar las condiciones ecológicas y espirituales para que la especie humana se realice y toda la comunidad de vida se perpetúe.

En razón de esta nueva conciencia hablamos del principio-Tierra. Es el fundamento de una nueva radicalidad. Cada saber, cada institución, cada religión y cada persona debe plantearse esta pregunta: ¿Qué hago yo para preservar la matria común y garantizar que tenga futuro dado que viene siendo construida desde hace 4.300 millones de años y merece seguir existiendo?

Porque somos Tierra no habrá para nosotros cielo sin Tierra.

ENERO 11 DE 2008


MENSAJE DE RICARDO BARBETTI



BOSQUE NATURAL



El orden del mundo hace que haya humanos y todos los seres. Hace - aire apto para respirar, agua pura - que crezcan plantas y animales que comemos. Modera el clima, y las crecientes y bajantes de los ríos, mantiene el suelo en que caminamos. Fertiliza la tierra. Hace la belleza del mundo, que es necesaria para estar bien.



El orden del mundo es vida, plantas, animales, mares, ríos, bosques, piedras, nubes, formas curvas, verano, otoño, lluvia... este orden es necesario para poder ser humanos. Y une todo, lo que les pase a los animales y a las plantas les pasa a los humanos. Ese orden estaba antes que hubiera gente. La humanidad moderna daña este orden, así se daña a sí misma.



El primer orden del mundo NO es el que mas conocemos, calles, casas, edificios, líneas rectas, coches, comercio, máquinas, economía, política, negocios.



Ver si algo es negocio, no es garantía que es bueno; muchas acciones malas son negocio. Hay que considerar también cuidar el mundo. Hacer TODO con respeto y aprecio, vienen de conocer, percibir y tener afecto hacia todo. Con el mínimo de violencia y destrucción.



Hay que cuidar al mundo, es cuidarnos a nosotros, porque todo está unido.



Ricardo Barbetti

Se agradece reenviar y comentarios

ricardo@macn.gov.ar

El misterio de las ballenas muertas


Por Marcela Valente

Intoxicaciones originadas en la marea roja podrían ser causa de la elevada cantidad de muertes de ballenas francas en las costas argentinas sobre el océano Atlántico.

BUENOS AIRES, 7 ene (Tierramérica).- Será difícil determinar por qué se disparó la mortalidad de ballenas en las costas atlánticas de la austral Patagonia argentina, pero los expertos que estudian el fenómeno apuntan a la toxicidad de la "marea roja".

El promedio anual de muertes saltó de 40 a 85 en octubre y noviembre, de acuerdo con el Programa de Monitoreo Sanitario de la Ballena Franca Austral, que realizan desde hace cinco años tres entidades no gubernamentales en la sureña provincia de Chubut. Con unos cinco mil 300 ejemplares, esta colonia de ballena franca austral (Eubalaena australis) constituye una de las más grandes del mundo. Entre mayo y diciembre llegan a la costa para reproducirse, y deleitan con sus saltos a los visitantes. Pero la mortalidad de 2007 fue la más grande desde 1971.

La gran mayoría son ballenatos de hasta ocho metros de largo, hallados en el perímetro de la Península de Valdés, de 500 kilómetros.

Los científicos manejan diversas hipótesis mientras aguardan resultados de laboratorio de muestras obtenidas en las necropsias. Pero no creen que esos estudios develen completamente el misterio, sino que aporten indicios con los que tejer conjeturas.

"Será difícil tener resultados concluyentes" debido al estado de descomposición de los animales analizados, explicó a Tierramérica el biólogo Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas, una de las organizaciones del programa.

Esa limitación evidencia la falta de recursos del programa, pese a que el avistamiento de ballenas atrae a miles de turistas por año a Chubut. Sólo dos personas acuden ante el aviso de un animal varado, atrapado en la arena, y les faltan medios para actuar en tiempo y forma.

Para esta crisis recibieron una ayuda extraordinaria del Servicio de Pesquerías Marinas de Estados Unidos y del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat.

Según Sironi, una de las hipótesis manejadas indica muerte por intoxicación. Se sospecha de las toxinas de las microalgas que dan origen a la marea roja, y que pueden ser letales para aves y mamíferos que se alimentan de mariscos intoxicados.

"En octubre y noviembre hubo una marea roja muy intensa en el golfo Nuevo", destacó Sileoni, aludiendo al área donde apareció la mayor cantidad de cuerpos. Pero consideró necesario esperar precisiones de laboratorio.

La veterinaria Marcela Uhart, codirectora del programa de monitoreo y miembro de la Wildlife Conservation Society --otra de las organizaciones participantes-- realiza las necropsias y recibió anticipos de resultados. "Son bastante magros, tal como esperábamos", declaró a Tierramérica. Lo más factible es que las ballenas se hayan contaminado con toxinas de una variedad especialmente letal para los mamíferos, planteó.

Según Uhart, la última marea roja "fue de una extensión impresionante" comparada con otros años, pero eludió sacar conclusiones. También fue cauta sobre la posibilidad de que residuos cloacales contribuyan a este fenómeno de envenenamiento de las aguas.

El golfo Nuevo está frente a la ciudad de Puerto Madryn, en cuyo suburbio, El Doradillo, una planta de tratamiento de efluentes desemboca en el mar. "No nos consta que las crías se hayan alimentado ahí. Pero puede ocurrir que las madres lo hagan y transmitan la toxina a través de la leche", conjeturó Uhart.

"Si encontráramos un tracto digestivo en buen estado tendríamos mayores indicios", lamentó.

En cambio, quedó descartado que los ballenatos muertos estuvieran desnutridos. "Las que abrimos tenían una capa de grasa muy gruesa, estaban aparentemente sanas y bien alimentadas", destacó Sironi.

No se desestima una combinación de causas, como la marea roja y heridas que provocan las gaviotas en los lomos de las ballenas, al alimentarse de su grasa. Esas lastimaduras son una puerta de entrada de infecciones. "Si las toxinas deprimen el sistema inmunológico del animal, éste está más vulnerable a la infección", describió.

Los problemas de convivencia entre ballenas y gaviotas van en aumento en la zona. "En 1974 aparecía uno por ciento de ballenas heridas por estas aves, y el porcentaje subió a 38 por ciento en 1990 y a 68 por ciento en 2000", señaló. Si bien ésta no sería causa de muerte, puede ser el golpe de gracia si el animal está intoxicado.

La respuesta debería surgir de los análisis, pero los expertos depositan en ellos pocas expectativas por la mala calidad de las muestras.

"La mayoría de los cuerpos flotan varios días en el agua y cuando llegan a la playa ya comenzó el proceso de putrefacción", dijo Sironi.

Los equipos llegan una vez que alguien avisa al programa.

Nadia Mohamed, coordinadora de campo del monitoreo, explicó a Tierramérica que "debido a la topografía de las playas no se puede andar con un vehículo por todas. Algunas veces hay que caminar mucho para llegar a un varamiento".

"Necesitamos un cuatriciclo, y 'handies' (transmisores de radio) o teléfonos satelitales, porque allí no hay señal para celulares. Y un bote, porque hay playas con acantilados a las que no se puede llegar por tierra", agregó.

Los especialistas también requieren más personal, trajes térmicos, instrumentos para necropsias y dinero para combustible. Mientras, el misterio sigue sin develarse.

* La autora es corresponsal de IPS.