agosto 26, 2007

Tompkins: millonario y antiglobalizador

Tompkins: "Preferí ser parte de la solución y no parte del problema".


Douglas Tompkins es un hombre acostumbrado a la polémica. El millonario estadounidense que amasó su fortuna con la empresa de ropa Esprit, decidió hace unos diez años vender la compañía y comprar tierras en Chile, para crear un "Santuario de la Naturaleza".

El Parque Pumalín, con sus más de 300.000 hectáreas, causó controversia en Chile ya que ocupa una franja que prácticamente divide al país en dos.

Más allá de la cumbre de Johannesburgo, Tompkins, quien también ha comprado tierras en Argentina, dijo a BBC Mundo que no habrá soluciones hasta que "Estados Unidos esté dispuesto a reducir su consumo".

¿Porque decidió comprar tierras en Chile para crear el Parque Pumalín?

Es un proyecto netamente de conservación.

¿Por qué motivo?

La conservación de flora y fauna.

¿Por qué es tan especial este lugar que usted quiso preservar?

Cada lugar es especial, el problema es que hay poca conciencia en general. Nuestro proyecto trata por lo menos de crear un poco de conciencia en la sociedad y restringir la contaminación de áreas que todavía tienen un buen complemento de biodiversidad.

¿De qué manera está creando conciencia?

Tenemos acceso público en casi la mayoría de la extensión que nuestra fundación ya compró, y cuando la gente pasa por estas tierras puede ver que es un ecosistema que todavía tiene su integridad.

¿Qué significa el Parque Pumalín para usted?

Un valor muy importante es la belleza que ha desaparecido prácticamente en las zonas donde hay mucho desarrollo humano, y es el primer impacto que uno tiene cuando está andando en esos lugares, es una reacción netamente emocional. Hay que visitar (estas áreas) en vivo para entender exactamente qué hay, uno no puede describir mucho más que esto, porque es una sensación que tiene que experimentarse en el lugar.

¿Es verdad que hay allí alerces de 3.000 años?

Sí, en algunos de nuestros proyectos tenemos alerzales importantes, muy pocos quedan en el mundo, un poquito en Argentina y bastante poco en Chile.
Es sólo una de las miles de razones por las que vale la pena conservar zonas así; son especies en extinción.

Ha habido resistencia a su proyecto en algunos sectores en Chile; se ha hablado de amenaza a la soberanía por el hecho de que el parque prácticamente corta al país en dos. ¿Por qué Chile, por qué no hacer lo mismo en EE.UU.?

Es igual en todas partes del mundo; no hay diferencia entre Argentina, Chile, Estados Unidos, Europa, Japón, Australia, es totalmente igual.

¿Es verdad que usted ha comenzado a comprar tierra en Argentina?

Sí, desde hace muchos años, diez años. Hay muchos proyectos distintos.

Usted amasó su fortuna con la compañia de ropa Esprit, en un sistema que se mueve por valores bastantes consumistas. ¿Qué lo llevó a dejar esa empresa y dedicarse ahora a lo que esta haciendo?

Bien simple, me di cuenta que estaba trabajando en una economía que está destruyendo el mundo natural y todo el mundo humano está dependiendo de eso. Es un tipo de trabajo que no me daba satisfacción, estuve en parte creando la crisis ecosocial, y preferí trabajar del otro lado, en la conservación. Preferí ser parte de la solución y no parte del problema.

En la cumbre de Johannesburgo se reunieron cerca de cien líderes para hablar de desarrollo sostenible. Si hubiera una idea que usted quisiera que los jóvenes tuvieran en mente cuando se habla de preservar el planeta, ¿cuál sería?

No sólo para la próxima generación, para todos, hay que hacer un análisis sistémico de la crisis en que estamos involucrados y muy poca gente está haciendo este análisis profundo para entender qué está produciendo los problemas sociales y ecológicos. Antes de todo hay que entender el problema para empezar a solucionar.

¿A qué se refiere en concreto?

Hay que estudiar y hacer las tareas de entender bien qué está produciendo la crisis, hablo de crisis ecosocial, de los ecosistemas, que está totalmente enredada con los problemas sociales.
Cosas como, qué está produciendo tanta contaminación, tanta hambre, tanta desigualdad, tanta desaparición de la cobertura de los bosques en el mundo, de escasez de biomasa en los mares.
Esto es producto de un modelo o paradigma económico, la llamada economía global es el motor de la crisis. Es un modelo completamente equivocado. Hay que entender bien la relación entre la ciencia, la tecnología, la economía y cuando se hace esto en forma profunda y sistémica uno empieza a entender qué está produciendo esta crisis. Ese es el modo, según yo y muchos del movimiento antiglobalización, de ver posibilidades de crear otro futuro, otra economía, otro mundo.

¿Qué cambios querría ver en el sistema?

Es bastante simple, porque ahora poco a poco, por ejemplo, países como Argentina en su crisis, están entendiendo bien que sus problemas en gran parte -no totalmente, porque hay otros factores- pero en gran parte, se deben a seguir un modelo globalizador que está produciendo esta enorme brecha entre ricos y pobres, y finalmente ha quebrado la economía y está produciendo todo tipo de miserias.

No es la única razón, pero es gran parte, este modelo económico.

Otra parte del mundo esta dándose cuenta también de lo mismo y ha producido un tremendo movimiento antiglobalización.

Mucha gente, millones de personas ahora están en este movimiento; es algo que nació hace menos de diez años, es impresionante su crecimiento y su impacto en todas partes del mundo.

Está creciendo día a día, y creo que dentro de diez años vamos a ver un movimiento localista, porque esa es la alternativa, localismo y no globalismo. Hay alternativas factibles con mucha historia de éxitos en el pasado; y necesitamos girar nuestra atención hacia modelos locales.
Pensemos en Argentina, donde según datos oficiales el 70% de los menores de 18 años nacen en hogares pobres.

¿Qué podría hacer Argentina ahora?

Si Argentina, que tiene una tremenda agricultura puede crear una economía local donde la seguridad de alimentación fuera un valor número uno, podría alimentar bien a todos sus ciudadanos.

Podría empezar a crear una economía mucho más local, mucho más sana, y después de esto crear un comercio de intercambio con otros países, otras regiones pero con el superavit de la producción local, no produciendo sólo para exportación. Esto va a rectificar muchos de los problemas en la economía.

Volvamos a la cumbre de Johannesburgo, a la que el presidente Bush no asistió. ¿Cree usted que un país con la tecnología de EE.UU. tiene una responsabilidad primordial de mostrar un poco el camino a otros países?

La salida de este problema no es a través de tecnología. Esa es otra solución simplista que no creo va a resolver nada.
(...)
Si no hay una reducción de la producción y el consumismo, se va a tener la misma contaminación.

(No habrá solución) hasta que EE.UU. esté dispuesto a reducir su consumo - lo que no está en el plan de Bush y sus ministros ni en la conciencia de los pueblos norteamericanos o la economía global, porque este modelo está basado en el crecimiento y si crece la población de la tierra y el consumo vamos a continuar exagerando la crisis ecológica y esto va a tener sus impactos en la sociedad.

Todo el mundo sabe esto, pero nadie quiere enfrentar esto.

Usted habla de cambiar el consumismo. Pero esto parece poco probable, a pesar de que el biólogo E. O. Wilson y otros dicen que si todos quisieran vivir con el nivel de vida de un estadounidense harían falta dos o tres planetas más.

Y es la verdad, y todo el mundo sabe esto, pero francamente estoy netamente pesimista. No veo ningún movimiento en esa dirección.

BBC MUNDO - Miércoles, 04 de septiembre de 2002

agosto 22, 2007

Salud y Antenas Móviles - El experimento biológico más grande de la historia

por Arthur Firstenberg

En 2002, Gro Harlem Brundtland, por entonces responsable de la OMS, le dijo a un periodista noruego que los teléfonos celulares fueron prohibidos en su oficina en Ginebra porque ella personalmente sufría malestar cada vez que un teléfono celular se acercaba a menos de cuatro metros de ella. Mrs. Brundtland es médico y fue Primer Ministro de Noruega. Esta sensacional noticia publicada el 9 de marzo, 2002 en Dagbladet, fue ignorada por todos los periódicos del mundo. A la semana siguiente Michael Repacholi, su subordinado a cargo del Proyecto Internacional CEM (campos electromagnéticos), respondió con una declaración pública minimizando las preocupaciones de su superiora. Cinco meses después, por razones que pueden suponerse relacionadas con esas circunstancias, Mrs. Brundtland anunció que renunciaría a su puesto en la OMS después de un solo período. Nada puede ilustrar mejor nuestra esquizofrenia colectiva cuando se trata de pensar sobre radiaciones electromagnéticas. Respondemos a aquellos que están preocupados sobre los peligros -una vez más el Proyecto Internacional CEM- pero ignoramos y marginamos a aquellos que, como Mrs. Brundtland, ya han sucumbido a sus efectos.

Como consultor de los efectos en la salud producidos por la tecnología inalámbrica, recibo consultas que pueden ser divididos en dos grandes grupos: las de personas que están simplemente preocupadas, a las cuales denomino A y aquellas que ya están enfermas, y que denomino B. Algunas veces desearía poder organizar una gran conferencia y hacer que los dos grupos hablen entre sí. Es necesaria más comunicación ya que todos estamos intentando resolver los mismos problemas.

La persona A, preocupada, generalmente pregunta qué tipo de protección comprar para su teléfono celular o qué tipo de auricular utilizar. Algunas veces quiere saber cuál es la distancia segura de una antena para vivir. La persona B, enferma, quiere saber qué tipo de protección poner en su casa, qué tipo de tratamiento médico seguir, o, cada vez más frecuente, a qué parte del país debería mudarse para escapar de la radiación y salvar su vida. Lo que sigue está diseñado para ayudar en primer lugar a que todos más o menos tengan un mínimo de información y, segundo, para aclarar algunas dudas de modo que podamos tomar racionales para una vida más saludable.

1.- Principios básicos

Los hechos más básicos sobre teléfonos y antenas celulares es que emiten radiación de microondas; también lo hacen las antenasWi-Fi (Internet inalámbrico), ordenadores inalámbricas, teléfonos sin cable (portátiles) y sus bases, como así también todos los demás dispositivos inalámbricos. Si es un aparato para comunicaciones y no está fijado a la pared por un cable, está emitiendo radiación.

La mayoría de los sistemas Wi-Fi y algunos teléfonos sin cables radian exactamente a la misma frecuencia que un horno a microondas, mientras que otros dispositivos utilizan una frecuencia diferente. Wi-Fi está siempre encendido y siempre está irradiando. Las bases de la mayoría de los teléfonos sin cable siempre están irradiando, incluso cuando nadie está utilizando el teléfono. Un teléfono móvil que está encendido, aunque no esté en uso, también está irradiando. Y, no hace falta decirlo, las antenas de los inmuebles están siempre irradiando.

¿Por qué esto es un problema? Los científicos generalmente dividen el espectro electromagnético en “ionizante” y “no-ionizante”. La radiación ionizante, la cual incluye rayos x y radiación atómica, causa cáncer. La radiación no-ionizante, que incluye radiación de microondas, se supone que es segura.

Esta distinción siempre me recuerda la propaganda en "Animales en la Granja” de George Orwell: “Cuatro patas bueno, dos patas malo”. “No-ionizante bueno, ionizante malo” es muy poco creíble.

Un astrónomo una vez bromeó que si Neil Armstrong hubiera llevado un teléfono celular a la Luna en 1969, hubiera aparecido como la tercera fuente de radiación de microondas más poderosa del universo, al lado del Sol y La Vía Láctea. Él tenía razón. La vida evolucionó con niveles insignificantes de radiación de microondas. Un número cada vez mayor de científicos especulan que nuestras propias células, de hecho, usan las microondas para comunicarse entre sí, igual que niños susurrando en la oscuridad y que los teléfonos celulares, igual que martillos neumáticos, interfieren con sus señales. En cualquier caso, es un hecho que estamos siendo bombardeados, día y noche, ya sea que utilicemos un teléfono celular o no, por una cantidad de radiación de microondas que es diez millones de veces más fuerte que el entorno promedio natural.

Es un hecho que mucha de la radiación es debida a tecnología que se ha estado desarrollando desde la década del 70. Mientras que los mismos teléfonos celulares producen preocupación; si se coloca uno en la oreja está dañando su cerebro de diferentes maneras:

El calentamiento

Primero, piense en un horno-microondas. Un teléfono celular, igual que un horno microondas y a diferencia de una ducha caliente, le calienta a usted el cerebro de adentro hacia fuera y no de afuera hacia dentro. Y no hay terminaciones nerviosas en el cerebro para advertirle que se está calentando porque no hemos evolucionado con radiaciones de microondas y la naturaleza no ha creado en el cerebro terminaciones nerviosas que detecten el calor. Peor aún, la estructura de la cabeza y el cerebro es tan compleja y no uniforme que se generan "puntos calientes", donde uno de ellos pueden estar decenas o centenares de veces mas caliente que en otro punto adyacente. Los puntos calientes pueden estar cerca de la superficie del cráneo o muy dentro del cerebro, como también a nivel molecular.

Los teléfonos celulares son regulados por la Federal Communications Comisión (FCC) y usted puede encontrar en el embalaje de muchos teléfonos nuevos, un número llamado el Specific Absorption Rate, o SAR, el cual sirve indicar la tasa de energía que es absorbida por el cerebro con el uso del móvil. Un problema, sin embargo, es la suposición arbitraria sobre la cual se basan las regulaciones de la FCC, en que el cerebro puede disipar de manera segura el aumento del calor a una tasa de hasta 1 grado por hora. Éste es el escandaloso procedimiento utilizado para demostrar que se está dentro de esos límites y darle a cada teléfono celular su calificación SAR.

La manera estándar para medir el SAR (tasa de energía absorbida) es un "método-fantasma" que consiste, increíblemente, en un líquido homogéneo metido en una bolsa de Plexiglas (un plástico) con la forma de cabeza. Pero en esa bolsa, como en la cabeza, ¡no hay puntos calientes! Se calienta todo por igual. Las personas que utilizan teléfonos móviles durante horas diariamente están calentando crónicamente ciertos lugares o puntos de sus cerebros. El estándar de seguridad creado por la FCC, dicho sea de paso, fue desarrollado por ingenieros eléctricos, no por médicos.

La Barrera hematoencefálica

El segundo efecto en el cual quiero concentrarme, ha sido demostrado en el laboratorio, debería ser por sí mismo suficiente para cerrar ésta industria y para desaconsejar a cualquiera usar un teléfono móvil.

Yo le llamo el "revólver humeante" de los experimentos de teléfonos móviles. Como muchos efectos biológicos de radiaciones de microondas, este no tiene nada que ver con el calor. El cerebro está protegido por apretadas uniones entre células adyacentes con paredes capilares, la llamada Barrera hematoencefálica, la cual, igual que una patrulla fronteriza, permite que pasen sólo los nutrientes de la sangre al cerebro, pero mantiene alejadas las sustancias tóxicas. Desde 1988, las investigaciones en el laboratorio de un neurocirujano sueco, Leif Salford, han consistido en exponer a jóvenes ratas de laboratorio ante un teléfono móvil o a otra fuente de radiación de microondas; luego sacrifica a los animales y buscan la albúmina en su cerebro. La albúmina es una proteína que es un componente normal de la sangre pero que normalmente no cruza la barrera hematoencefálica que protege el cerebro. La presencia de albúmina en el tejido cerebral siempre es señal de que las venas han sido dañadas y de que el cerebro ha perdido parte de su protección. Esto es lo que los investigadores han encontrado, consistentemente durante 18 años.

Las radiaciones de microondas, en dosis iguales a las emisiones de los teléfonos celulares, provocan que se encuentre albúmina en el tejido cerebral. Una simple exposición a un teléfono celular común durante dos minutos hace que la albúmina pase al cerebro. En un conjunto de experimentos, redujeron el nivel exposición en un factor de 1.000 el aumento del daño de la barrera sanguínea cerebral, mostrando que no es el efecto de respuesta a una dosis y que reducir la potencia no hará que la tecnología inalámbrica sea más segura.

Y finalmente, en una investigación publicada en junio 2003, una simple exposición de dos horas a un teléfono móvil permanentemente dañó la barrera sanguínea cerebral y, en un autopsia 50 días más tarde, se encontró que había dañado o destruido hasta el 2 por ciento de las células del cerebro de un animal, incluyendo células en un área del cerebro relacionada con el aprendizaje, memoria y movimiento. Reducir el nivel de exposición por un factor de 10 o 100, de este modo, duplicando el efecto de utilizar un “manos libres”, mover un teléfono celular más lejos de su cuerpo, o estando cerca del teléfono de otra persona, ¡no cambió apreciablemente los resultados! Incluso en la exposición más baja, la mitad de los animales tenían un número de moderado a alto de neuronas dañadas.

¿Qué supone esto para nosotros?

Dos minutos de un teléfono celular trastornan la Barrera hematoencefálica cerebral, dos horas en un teléfono celular causar un daño cerebral permanente y las radiaciones del vecino que habla por teléfono pueden ser igual de perjudiciales. La Barrera hematoencefálica es la misma en una rata que en un ser humano. Esos resultados causaron tanta conmoción en Europa que en noviembre de 2003 se celebró una conferencia, auspiciada por la Unión Europea, titulada “The Blood-Brain Barrier - Can It Be Influenced by RF [radio frequency]-Field Interactions?” (¿Pueden afectar las microondas a la barrera sanguínea del cerebro?) para demostrar al público que se está haciendo algo. Pero, previsiblemente, nada se hizo, como nada se ha estado haciendo durante 30 años.

Allan Frey de Estados Unidos, durante años 70, fue el primero en demostrar que la radiación de microondas de bajo nivel daña la Barrera hematoencefálica. Mecanismos similares protegen el ojo (la barrera sanguínea vitrosa) y el feto (la barrera de la placenta). Los trabajos de Frey y otros indican que las radiaciones de microondas dañan también esas barreras. Consecuencias: ninguna mujer embarazada debería utilizar un teléfono móvil. El Dr. Salford es bastante claro en su trabajo. Él ha denominado al uso de teléfonos celulares “el experimento biológico más grande jamás realizado.” Y ha advertido públicamente que toda una generación de adolescentes usuarios de teléfonos celulares puede sufrir déficit mental o enfermedad de Alzheimer a una edad temprana.

[Entonces yo me pregunto: ¿Será casualidad la agresiva campaña de las compañías de telefonía celular para que los chicos los usen?] (N. del LITO)

2.- Enfermedades de las radiofrecuencias o síndrome de microondas

Desafortunadamente, los usuarios de teléfonos móviles no son los únicos que afectados, ni tampoco deben estar preocupados solamente por el cerebro. El siguiente resumen está inspirado en una amplia literatura científica sobre los efectos de ondas de radio (un espectro más grande el cual incluye las microondas) junto con las experiencias de científicos y doctores de todo el mundo con los cuales estoy en contacto.

Los órganos que han mostrado ser especialmente susceptibles a la radiación incluyen los pulmones, sistema nervioso, corazón, ojos, testículos y glándula tiroidea.

Las enfermedades también han aumentado significativamente en las últimas dos décadas, y hay una buena razón para relacionarlo con el masivo aumento de la radiación en nuestro entorno; el asma, desórdenes del sueño, desórdenes de ansiedad, trastornos de déficit de atención, autismo, esclerosis múltiple, ALS, enfermedad de Alzheimer, epilepsia, fibromialgia, síndrome de fatiga, cataratas, hipotiroidismo, diabetes, melanoma maligno, cáncer testicular, y ataques cardiacos e infartos en gente joven. La radiación de torres de antenas de microondas también ha sido asociada con la muerte de bosques, fallos en la reproducción y disminución de la población de muchas especies de pájaros y deformidades de nacimiento en animales de granja.

La literatura que muestra los efectos biológicos de la radiación de microondas es realmente enorme, de decenas de miles de documentos, y estoy asombrado de que los representantes de la industria afirmen que la tecnología inalámbrica es segura o - igual de ridículo- que no hay evidencia de daños.

He omitido una enfermedad de la lista anterior: la enfermedad que tiene la persona B y que yo también tengo: electrosensibles. Viene ahora a cuento una breve historia. En los años 50 y 60 los trabajadores que construyeron, inspeccionaron y repararon equipos de radar contrajeron esta enfermedad en gran número. También lo hicieron los operadores de calentadores y selladores industriales de microondas. Los soviéticos lo denominaron, apropiadamente, enfermedad de las radiofrecuencias (electrosensibilidad) y lo estudiaron de manera muy amplia. En los países occidentales su existencia fue negada totalmente, sin embargo los trabajadores enfermaron. Los testimonios en el congreso en 1981, presididos por el entonces representante Al Gore, sobre los efectos en la salud de calentadores y selladores de radiofrecuencia, fueron otro episodio para tranquilizar como que se estaba haciendo algo al respecto”.

Hoy, con la proliferación en masa de antenas, torres de radio y transmisores personales, la enfermedad se ha expandido como una plaga en la población en general. Se estima que puede llegar a abarcar hasta un tercio de la población, pero raramente se lo reconoce hasta que ha discapacitado tanto a una persona que el o ella ya no puede participar más en sociedad.

Usted puede reconocer alguno de sus síntomas comunes: insomnio, vértigo, náusea, dolores de cabeza, fatiga, pérdida de memoria, incapacidad para concentrarse, depresión, malestar en el pecho, zumbidos en los oídos.

Los pacientes pueden también haber desarrollado problemas médicos tales como infecciones respiratorias crónicas, arritmias cardiacas, repentinas fluctuaciones en la presión sanguínea, azúcar en la sangre descontrolada, deshidratación e incluso sangrado interno espontáneo.
Lo que hace esta enfermedad que sea tan difícil de aceptar, e incluso más difícil de manejar, es que ningún tratamiento probablemente tenga éxito a menos que uno pueda también evitar la exposición a su causa- y su causa ahora está en todas partes.

Una investigación de 1998 por el California Department of Health Services (Departamente del Servicio de la Salud) indicó que en ese momento 120,000 californianos -y por lo tanto 1 millón de estadounidenses- no podían trabajar debido a la polución electromagnética. Los porcentajes de los así llamados electrosensibles están aumentando en casi todos los países del mundo, marginados, estigmatizados e ignorados. Con el nivel de radiación en todos lados actualmente, nunca se recuperan y a veces acaban con sus propias vidas. “Ellos están actuando como una advertencia para todos nosotros,” dice Dr. Olle Johansson de personas con esta enfermedad.

“Podría ser un gran error someter a toda la población mundial a una irradiación de todo el cuerpo, las 24 horas al día”. Un neurocientífico en el famoso Karolinska Institute en Estocolmo, Dr. Johansson dirige un equipo de investigación que está documentando un empeoramiento permanente y significativo de la salud pública que comenzó precisamente cuando la segunda generación, de teléfonos celulares de 1800 MHz se presentaron en Suecia a fines de 1997. Después de una larga década de descenso, el número de trabajadores suecos enfermos comenzó a aumentar a fines de 1997 y se ha más que duplicado durante los siguientes cinco. Durante el mismo periodo de tiempo, las ventas de drogas antidepresivas también se duplicaron. El número de accidentes de tráfico, después de disminuir durante años, comenzó a aumentar de nuevo en 1997. El número de muertes de la enfermedad de Alzheimer, después de disminuir durante algunos años, aumentó bruscamente en 1999 y casi se ha duplicado para 2001. Esta demora de dos años es entendible cuando uno considera que la enfermedad de Alzheimer requiere algún tiempo para desarrollarse.

3.- Proliferación descontrolada

Si los teléfonos móviles y las antenas son realmente mortales, ¿son seguras las torres de radio-televisión con las que hemos estado viviendo durante un siglo? En 2002 Örjan Hallberg y Olle Johansson escribieron en conjunto un trabajo titulado “Cáncer Trends During the 20th Century,” (Tendencia al cáncer en el siglo XXI) el cual examinó un aspecto de esa pregunta. Encontraron en los Estados Unidos, Suecia y varios otros países, que las tasas de mortalidad por melanoma de piel y cáncer de vejiga, próstata, colon, mama y pulmones seguían estrechamente al nivel de exposición pública a ondas de radio durante los últimos 100 años. Cuando la transmisión de radio aumentó en una localidad determinada, también lo hicieron algunas formas de cáncer; cuando disminuyeron, también lo hicieron esas formas de cáncer. Y, un descubrimiento sensacional: país por país - y región por región en Suecia, hallaron, estadísticamente, que la exposición a ondas de radio ¡parece ser un factor tan importante en causar cáncer de pulmón como fumar tabaco! Lo cual me lleva a señalar una concepción errónea ampliamente difundida.

La mayor diferencia entre las antenas de telefonía de hoy y las antenas de radio del pasado no es su seguridad sino su número. El número de estaciones de radio ordinarias en los Estados Unidos actualmente es menos de 14.000. Pero el número de antenas de móviles y Wi-Fi (sin cable) se cuenta por centenares de miles y los teléfonos móviles, ordenadores inalámbricos, teléfonos sin cable y radios de dos vías alcanzan los centenares de millones. Los radares y las redes de comunicación de emergencia también están proliferando fuera de control. Desde 1978, cuando la Environmental Protection Agency (Departamente de Protección del Medio Ambiente) revisó por última vez el entorno de radiofrecuencia en los Estados Unidos, la exposición promedia del habitante urbano a las ondas de radio ha aumentado 1000 veces; mucho de este incremento ocurrió solamente en los últimos nueve años.

En el mismo período de tiempo, la polución de las ondas de la radio se ha esparcido desde las ciudades al resto como una niebla omnipresente sobre todo el planeta. Las vastas consecuencias humanas de todo esto han sido ignoradas. Desde finales de los 90 se ha creado una nueva clase completamente nueva de refugiados ambientales aquí en los Estados Unidos. Tenemos cada vez más personas, enfermas, muriendo, buscando alivio de este sufrimiento, abandonando los hogares y puestos de trabajo, viviendo en coches, módulos y tiendas en lugares alejados.

A diferencia de las víctimas de huracanes y terremotos, no somos objeto de ningún esfuerzo de ayuda humanitaria. Nadie está donando dinero para ayudarnos, para facilitarnos un refugio protegido; nadie está renunciando a sus teléfonos móviles, a sus ordenadores inalámbricos, a sus teléfonos sin cable de modo que podamos ser de nuevo sus vecinos y vivir entre ellos. Los afectados, los enfermos, todavía no han abierto sus corazones entre ello, pero están haciendo preguntas.

Para responder a la persona A (que se preocupa por los efectos): Ningún método de manos libres le protegerá de su móvil o teléfono portátil. No hay una distancia segura respecto una antena. Si su teléfono móvil u ordenador inalámbrico está activo donde usted vive, usted está siendo irradiado las 24 horas del día.

Para la persona B (enferma): Proteger efectivamente una casa es difícil y pocas veces eficaz. Hay solamente unos pocos doctores en los Estados Unidos intentando tratar la enfermedad de las ondas de radio y su efectividad es pobre, porque hay pocos lugares que quedan en la tierra donde uno puede escaparse de esta radiación y recuperarse. Si la radiación baja de los satélites, también son parte del problema, no la solución. Simplemente no hay manera de hacer la tecnología inalámbrica segura.


4.- Bibliografía:

1. Leif G. Salford et al., “Nerve Cell Damage in Mammalian Brain After Exposure to Microwaves from GSM Mobile Phones,” Environmental Health Perspectives 111, no. 7 (2003): 881-883.
2. Allan H. Frey, Sondra R. Feld and Barbara Frey, “Neural Function and Behavior,” Annals of the New York Academy of Sciences 247 (1975): 433-439.
3. Allan H. Frey, “Evolution and Results of Biological Research with Low-Intensity Nonionizing Radiation,” in Modern Bioelectricity , ed. Andrew A. Marino (New York: Dekker, 1988), 785-837, at 809-810.
4. California EMF Program, The Risk Evaluation: An Evaluation of the Possible Risks From Electric and Magnetic Fields (EMFs) From Power Lines, Internal Wiring, Electrical Occupations and Appliances (2002), app. 3.
5. Örjan Hallberg and Olle Johansson, “1997 - A Curious Year in Sweden,” European Journal of Cancer Prevention 13, no. 6 (2004): 535-538.
6. Örjan Hallberg and Olle Johansson, “Does GSM 1800 MHz Affect the Public Health in Sweden?” in Proceedings of the 3rd International Workshop Biological Effects of EMFs,” Kos, Greece, October 4-8, 2004, 361-364.
7. Örjan Hallberg and Olle Johansson, “Cancer Trends During the 20th Century,” Journal of Australian College of Nutritional and Environmental Medicine 21, no. 1 (2002): 3-8.
8. David E. Janes Jr., “Radiofrequency Environments in the United States,” in 15th IEEE Conference on Communication, Boston, MA, June 10-14, 1979, vol. 2, 31.4.1-31.4.5.


* El experimento más grande de la historia (The Largest Biological Experiment Ever) por ARTHUR FIRSTENBERG Arthur Firstenberg President, Cellular Phone Taskforce Post Office Box 100404 Brooklyn, New York 11210

Peligros reales de los Teléfonos Móviles y Tecnologías Inalámbricas

Nuestra sociedad se ha convertido social y económicamente dependiente, en apenas una corta década, de una tecnología que está haciendo un tremendo daño a la estructura de nuestro mundo. Cuanto más afianzados nos permitamos estar, más difícil será cambiar nuestro rumbo. El momento para liberarnos, individual y colectivamente - a pesar de lo difícil que ya resulta - es ahora.

Es bastante difícil imaginar un mundo sin comunicaciones móviles. El acceso inalámbrico a Internet está destinado a cubrir todo el planeta, igual que las redes de teléfonos móviles ya lo han hecho. Ha habido un desarrollo explosivo - prácticamente durante las últimas tres décadas - que ha traído los teléfonos móviles a los rincones más remotos del planeta. Pero la tecnología no está exenta de peligros. Las microondas que puede transportar bits y paquetes de datos también llevan un germen de destrucción.

Algunas personas - tanto como 120,000 californianos- y por lo tanto 1 millón de estadounidenses - están realmente impedidos de trabajar ya que sufren la influencia incapacitante que esta discordancia en el éter ejerce sobre ellos. Podríamos decir que ellos son los desafortunados que tienen que sufrir para que el progreso continúe.

¿Pero ha escuchado alguna vez de canarios en las minas? Ellos son los primeros que mueren cuando una acumulación indetectable pero potencialmente mortal de gas en las minas" amenaza las vidas de los mineros que trabajan bajo tierra. Esos 120.000 californianos y el millón de estadounidenses enfermos y por extensión decenas de millones de personas en todo el mundo son en un sentido verdaderamente real como los canarios que no cantan en las profundidades de las minas.

¿No estamos ignorando su apremiante situación a costa de nuestro propio riesgo inminente? Arthur Firstenberg, quien sufriera lo que los rusos llaman "enfermedad de microondas" reunió los puntos más importantes sobre el mayor experimento biológico de todos los tiempos, en un artículo de fácil lectura publicado en El Dorado Sun. No podemos decir que estamos informados en el debate sobre el tema inalámbrico a menos que comencemos a mirar a su lado oscuro como también a los aspectos positivos.

Salud y antenas de móviles

Desde 1997 la CPT (Cellular Phone Taskforce) en los USA es un medio de intercambio de información sobre los efectos nocivos para la salud, incluidos daños hasta la muerte, provocados por las radiaciones emitidas por las estaciones de antenas de telefonía y de radio.

La CPT dice que las leyes existentes no son suficientes para proteger el corazón, el sistema nervioso humano y otros sistemas biológicos, de los daños electromagnéticos. El cuadro de abajo muestra las estadísticas de las muertes asociadas a las instalaciones de sistemas digitales PCS de 1,9 Ghz (antenas) en algunas ciudades de USA.

Las personas que viven a menos de 100 metros de una antena de telefonía se quejan frecuentemente de vértigos, nauseas, falta de memoria y de concentración, irritabilidad, tensión alta, presión en los ojos, dolores en las articulaciones o en la base de los pies, zumbidos en los oídos (síntomas nocivos de las ondas de radiofrecuencia.

En las primeras semanas de funcionamiento de una estación de base de antes de móviles, los hospitales verifican un aumento inmediato de enfermedades respiratorias como bronquitis, neumonía, asma y hasta gripe; también los servicios de urgencia tienen una mayor afluencia. Se dice que las normas actuales (60 voltios/m o 450 microwatios/m2 en Canadá fueron establecidas para campos abiertos en condiciones uniformes y para emisiones aisladas sin tener en cuenta otro campo próximo o un campo con interacciones complejas de múltiples emisiones. Estas normas están lejos de proteger a las personas, incluso de los efectos térmicos.

Dependiendo de las condiciones ambientales (contacto con tierra de las estructura metálicas, resonancia o reflexión de las ondas) la exposición real en el caso de una antena de telefonía puede multiplicarse pasta por 430. Ghandi informó en “Radio Science” que la presencia de objetos metálicos en el medio ambiente o incluso en el organismo humano (metal de prótesis de dientes, implantes quirúrgicos, etc.) pueden aumentar la exposición hasta 100 veces.

Arthur Firstenber, Presidente de la CPT publicó un libro” "Microwaving the Planet" que contiene mas de 200 referencias bibliográficas actualizadas (disponibles en el Secretariado de la Asociación Planetaria por una Energía Limpia. Arthur Firstenberg es también Director de la Revista "No Place to Hide” (

Otra revista sobre el mismo tema es la “Electrical Sensivity News”, publicada por Lucinda Grant. Wedon Publishing. P. Box 4146. - Prescott. Arizona 86302.

En un tribunal de Nueva York fue puesta una denuncia contra la Federal Communications Comission (Comisión Federal de Comunicaciones) por A.C.P.T. representando a millares de personas sensibles a fenómenos eléctricos (se dice las instalaciones de radio digitales son causa de enfermedades, invalidez o muerte) pidiendo que el tribunal cancele las actuales normas de seguridad, que sean declaradas inconstitucionales alguna leyes de telecomunicaciones y que sea declarada una moratoria en todos los USA contra la instalación de nuevas fuentes de radiofrecuencias

El Sindicato de los Trabajadores de Telecomunicaciones se unió a otros grupos de ciudadanos particulares en este proceso.

Este artículo se halla en el tomo 10, num.1, Pág. 1 y 6 del Boletín de Planetary Assocition for Clean Energy. 100 Bronson Avenue. Suite 1001. Ottawa. Notario K1R 6G8. Canadá http://www.laleva.cc/portugal/antenas/saude.html
Publicado en español por ASOCIACIÓN VALLISOLETANA DE AFECTAD@S POR LAS ANTENAS DE TELEFONÍA - AVAATE.
http://www.avaate.org

agosto 20, 2007

COMUNIDADES AUTOSUFICIENTES DE TIPO UNO, DOS Y TRES


Un Proyecto de Comunidad Autosuficiente puede enfocarse de tres formas posibles, pues son tres los tipos teóricos o paradigmas de la autosuficiencia. Enseguida pasoa describirlos. Antes quisiera comenzar esta exposición con unas aclaraciones previas.

En primer lugar, quiero decir que la autosuficiencia no debe confundirse con independencia económica, como sucede tan a menudo. Una familia que regente un negocio próspero puede ser completamente autosuficiente en este sentido (es decir, económicamente independiente), pues puede obtener suficiente dinero para adquirir todo cuanto desee sin depender de ninguna otra fuente. Pero esto no es verdadera orientación a la autosuficiencia. Esto continúa siendo dependencia del sistema politico-económico capitalista. Una orientación a la autosuficiencia implica hacer todo lo posible por no depender del mercado capitalista, aún cuando este objetivo no se consiga totalmente.

Y la orientación a la autosuficiencia debe ser no solo económica, sino abarcar todos los aspectos de la cultura. Una orientación hacia la autosuficiencia política y cultural implica que la propia comunidad se organiza y decide su propia forma de vida sin que le venga dada del exterior. Su independencia económica, política y cultural no implica que deba rechazar la economía, la política y la cultura externa, como tampoco que deba aceptarla. Significa que debe crear su propia cultura y sociedad de la forma más libre y autoorganizativa posible.

Finalmente, la orientación a la autosuficiencia implica también igualdad interna. Cuando hablamos de una Comunidad Autosuficiente, queremos decir que toda la comunidad participa en esta autoconstrucción. No hay gente que manda, sino que mandan todos, y esto no significa que todos pueden elegir a sus gobernantes. Significa que no hay gobernantes. Directamente la comunidad decide y, organiza comités para las diversas tareas o funciones, pero siempre supeditados por completo a la comunidad. No se delega nunca el gobierno. La comunidad siempre obstenta el gobierno. Hay igualdad interna, no solo económica (todos tienen mas o menos la misma riqueza), sino política (todos tienen mas o menos el mismo poder). Por eso ninguna comunidad socialista puede ser una Comunidad Autosuficiente. Aún cuando el socialismo real (el socialismo que se implantó en la URSS y que inspiró a los Kibutzim) consiga su ideal de una economía igualitaria, y no existieran clases económicas, aún seguirían existiendo clases políticas, pues habría una diferencia entre gobernantes y gobernados. Y esta diferencia no desaparecería aunque todos pudieran votar a sus gobernantes. El que pudieran votar sería ciertamente un avance democrático con respecto a la dictadura que imperó en la URSS, pero seguiría existiendo una clase gobernante.

Por lo tanto, una Comunidad Autosuficiente debe gobernarse por democracia directa. A medida que las comunas como los Kibutzim o las comunidades en principio mas o menos autosuficientes de los países subdesarrollados se implican en el juego del capitalismo global, renunciando a su orientación hacia la producción autosuficiente, han de ir pagando el precio de una desigualdad creciente, tanto política (aparición de clases gobernantes) como económica (aparición de clases ricas y pobres), como cultural (despersonalización, deshumanización de la persona, que se convierte en una máquina, en un operador sistémico).
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Concibo, pues, tres tipos de Comunidades Autosuficientes:

Una Comunidad Autosuficiente de tipo 1 es un grupo de gente que espontáneamente trata de orientarse hacia una producción autosuficiente en un entorno de capitalismo global, tal cual es el actual en cualquier país de la Tierra, y contando únicamente o principalmente con los recursos, organización y conocimientos que son capaces de obtener, desarrollar y aplicar los miembros del grupo. Su economía-tecnología será de tipo muy sencillo, nada competitiva desde el punto de vista del mercado capitalista, orientada a la satisfacción de las necesidades básicas de los miembros del grupo y el estilo de vida estará motivado por el amor a la naturaleza o a la libertad, y por el despecho al mundo circundante. La autosuficiencia se entenderá muchas veces como desvinculación con la idea de progreso y regreso a una tecnología más sencilla y un mayor contacto con la naturaleza, la comunidad, la espiritualidad, etc. Será la forma en que un grupo podrá poner en práctica unos ideales filosóficos, ecológicos, políticos, religiosos... con los que se siente plenamente identificado y comprometido. Por ejemplo los mormones o los Kibutzim empezaron de esta manera. A menudo, esto va a implicar mucho trabajo y otras incomodidades (aunque exista "armonía" interior y una satisfacción plena debido a su implicación personal en ese estilo de vida y a que la persona siente que se autoconstruye libremente, que se autorrealiza). Cuando los Kibutzim empezaron, la gente tenía que desecar pantanos y convertir desiertos en vergeles. Se reunían todos hasta altas horas del día para determinar mediante democracia directa cómo iban a organizarse y repartir las tareas, y cómo iban a ir enriqueciendo día a día aquel mundo naciente y floreciente. Había mucha igualdad política y económica entonces, y un sentimiento de comunidad e implicación en un proyecto grandioso de tipo religioso, político y cultural. Se tenía la sensación de que se estaba construyendo un país y un mundo nuevo...

Una Comunidad Autosuficiente de tipo 2 es una red compleja de grupos humanos, fruto de una planificación cuidadosa y larga, que trata de orientarse hacia una producción autosuficiente en un entorno de capitalismo global, tal cual es el actual en cualquier país de la Tierra, y contando con los recursos, organización y conocimientos que son capaces de obtener, desarrollar y aplicar los miembros de los diversos grupos asociados y federados. Estamos hablando de verdaderas ciudades, barrios, aldeas interrelacionados entre sí y orientados conjuntamente hacia la autosuficiencia. Estas entidades aisladas seguirían perteneciendo a una autosuficiencia de tipo 1, pero ahora hay un movimiento, una plataforma, una federación que quiere realmente orientarse a la autosuficiencia como forma alternativa o complementaria al capitalismo. Comienza a haber municipios completa o parcialmente orientados a la autosuficiencia y federaciones de estos municipios. La economía-tecnología será de tipo sofisticado, con independencia económica total. El movimiento de los kibutzim podría considerarse una comunidad de este tipo si realmente se orientara hacia la autosuficiencia. Los Kibutzim son verdaderas comunidades, a veces muy complejas, de varios miles de personas, y se han agrupado en federaciones... pero se han convertido en empresas capitalistas. Y en la medida en que se da más prioridad al mercado capitalista que a la producción autosuficiente, se deja de ser una comunidad orientada a la autosuficiencia. Se transforman estas comunidades en grandes cooperativas sociales o socialistas orientadas al mercado capitalista. ¿Qué importa que en el interior de la comunidad no exista el dinero y se practique una cultura igualitaria y socialista, si toda esta célula depende del aparato capitalista exterior? Estos oasis o bolsas aislantes que parecen protegernos del mundo exterior, resultan ser un espejismo, tan solo crean un colchón amortiguador entre el sistema global y el individuo o la comunidad, pero en el fondo están integrados en el sistema, y no son independientes de él. Ahí tenemos a los Kibutzim arruinados por los bancos en la actualidad... Desde el momento en que una comunidad o red comunitaria cambia su orientación hacia la autosuficiencia por una integración en el sistema económico global, está perdida desde el punto de vista humano. Esto no quiere decir que, mientras la comunidad se orienta hacia la autosuficiencia y avanza hacia ella, tenga que renunciar a participar en el sistema capitalista, pero la autosuficiencia debe ganar terreno día a día al capitalismo. Eso es lo que significa la orientación a la autosuficiencia.

Una Comunidad Autosuficiente de tipo 3 solo será posible en el futuro, cuando las Comunidades Autosuficientes de tipo 2 sean bastante comunes y pueda existir un movimiento global orientado hacia la autosuficiencia capaz de competir con el capitalismo. El entorno ya no será tan predominantemente y globalmente capitalista, sino que se reconocerá la existencia de la alternativa autosuficiente como una realidad a tener en cuenta. La ciencia, la tecnología, la educación y la investigación, la cultura y la sociedad podrán volcarse entonces plenamente hacia la autosuficiencia, desarrollando eficaces tecnologías de autosuficiencia, lo que acelerará definitivamente la transición hacia la Nueva Sociedad Global. Para llegar hasta aquí, las personas y las comunidades habrán tenido que aprender lo que es una verdadera libertad-igualdad-solidaridad en las fases previas 1 y 2.

Jesús Manuel