febrero 23, 2009

PALABRAS DESDE TARTAGAL


Noemí Cruz, Coordinadora de la Campaña de Bosques de Greenpeace en el Noroeste Argentino, comparte su testimonio de lo que vio y sintió en su visita a Tartagal, después del alud.

Hola,

Mi primera impresión en la cima de una palizada fue de desazón. Desde allí se ve al río herido por tanta maquinaria que orada en su base, los árboles arrastrados que ya son residuo muerto.
La gente, que quedó con lo puesto, palea el barro de las casas, el sol levanta un vapor pestilente.

Hay mosquitos hambrientos, animales muertos aún tirados y gente desaparecida.
Allí anduve en los pozos dejados por el alud. Poco después me indicaron retirarme de la zona por el riesgo de explosivos provenientes de las empresas petroleras que fueron arrastrados por el alud. Ya habían desactivado algunos encontrados y decían que hasta un celular podría detonarlos. Además, con mis pies descalzos, como los del resto, estaban expuestos a las víboras. Nuestro objetivo era mostrar cómo la deforestación de las cabeceras ha agravado el aporte de material del alud. La tala ilegal y los “descabezamientos” de cerros hechos por las petroleras, son grandes responsables del desequilibrio del río.

La falta de controles ambientales, la planificación urbana inadecuada y el ordenamiento de bosques deficiente que postula la provincia, posibilita que un evento como este se repita cada tanto.
Tartagal… A los catorce años, yo conocí a los Chané y sus hermosas máscaras, cerca de la ruta 86, los admiré andando a pie en las sendas de brasa, y los vi cuando sobre una cuesta, ellos se fueron al atardecer, llevando grandes hojas de tártago a modo de sombrillas sombreando sus rostros redondos.

Esta vez ya no los vi. Ese lugar es una extensión alfombrada de soja, y desde allá se puede ver el silencioso horizonte. La cuesta es un barranco que avanza cada año llevándose la escasa tierra empobrecida que les queda a los wichi de Misión San Benito.
A los pocos y raquíticos tártagos de la orilla, y a quienes pasen por ahí, los fumigan para que no molesten la soja. El agua contaminada que escurre por falta de raíces que la dirija, llevada por canales, va a parar a la comunidad San Benito, que está justo al lado del desmonte, que antes era pródigo monte que les daba alimento. Para llegar a sus casitas de plástico, que antes eran de paja que ya no crece, debimos cruzar un portón con candado, del cual el cacique tiene llave.

Un tal Estrela cerró el campo de soja con los wichi dentro.
Una vez allá, a sólo 7 Km. de la ciudad de Tartagal, tratamos de documentar pruebas sobre la afectación de los desmontes para la audiencia de la Corte Suprema de Justicia, que se hizo en Buenos Aires. Allá llegué, en representación de Greenpeace, acompañando a Reynaldo, cacique de Misión San Benito. Monitoreamos y documentamos el avance de la erosión y la remoción del suelo por falta de cobertura vegetal en la cuenca del río Tartagal. Casi 5.000 ha de soja cubren esta zona, son desmontes sin cortinas, hechos por Juan Estrela y al lado los de Juan Kutulas. Mientras andamos por el campo, un avión pasa fumigando encima nuestro, más tarde se nos fumiga también por vía terrestre. A ellos no les importa que los wichi vivan allí al lado, lo que si importa es que la soja crezca sana.

Me siento impotente de solo ser yo. Sin embargo, siento que ellos saben que a nosotros nos importa su penuria. Estamos a su lado para intentar cambiarla. Pienso entonces en “nosotros”. Tal es el calor que hasta el mismo sol resopla, me da en la cara para despertarme y sé claramente que no soy solo yo.


Entonces… vuestros alientos están allí, y mis pies son más firmes en el barranco.


Noemí

febrero 03, 2009

Ola polar en Europa - Una inusual tormenta de nieve paralizó Londres, París y Madrid

El mal tiempo y fuertes nevadas acompañarán a los londinenses durante toda esta semana

Fue la peor nevada en casi 20 años en Gran Bretaña; hubo centenares de vuelos cancelados

LONDRES.- Una ola polar invadió Europa y suscitó una gigantesca tormenta de nieve que cubrió varios países, en especial Gran Bretaña, donde varias ciudades amanecieron cubiertas de hielo y quedaron paralizadas por la cancelación de centenares de vuelos y la suspensión del servicio de transporte público.

Varias regiones del Reino Unido fueron afectadas por la peor tormenta de nieve en los últimos 18 años. Entre ellas Gales, algunas zonas de Escocia y el sudeste de Inglaterra, donde cayeron 30 centímetros de nieve y las autoridades se vieron obligadas a interrumpir la circulación de trenes y el tránsito en las principales autopistas.

Las intensas nevadas también provocaron el cierre de numerosos comercios, colegios y tribunales, mientras que las personas que salieron a la calle caminaron con dificultad en largas filas y sobre una enorme capa de nieve.

"Estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para asegurarnos de que los servicios, las autopistas, trenes y aeropuertos abran lo antes posible, y seguiremos monitoreando la situación durante todo el día", declaró en una conferencia de prensa el primer ministro británico, Gordon Brown.

En Londres, la mayor parte de los aeropuertos fueron cerrados; los vuelos, cancelados, y sólo en la tarde de ayer se reanudaron las operaciones, pero con considerables reducciones en la programación de vuelos, lo que trajo como consecuencia decenas de viajeros alterados y amargados.

No sólo el transporte aéreo estuvo complicado por la tormenta de nieve: también fue suspendido el servicio de trenes, ómnibus y del subte de Londres, lo que ocasionó el colapso de la capital inglesa, y que gran parte de la población no pudiera llegar a su lugar de trabajo.

"No estamos en Rusia; no tenemos infraestructura para recibir nieve constantemente", se defendió el vocero del Transporte para Londres, Guy Pitt.

Mientras los viajeros estaban varados en los aeropuertos y no funcionaban ni el metro ni los ómnibus, en las calles y autopistas también pasaba algo parecido. Los vehículos se atascaban en las vías cubiertas de nieve y se reportaron algunos choques.

Sin poder contener la situación, el alcalde de Londres, Boris Johnson, admitió que la ciudad carecía de palas mecánicas suficientes para retirar el volumen enorme de nieve.

La tormenta de nieve también castigó a otros países de Europa, como Italia, España y Francia. En general, se repitieron las interrupciones en el servicio de transporte y hubo fuertes congestionamientos en las principales autopistas de París, Milán y Madrid.

En el norte de Italia, más de 800 kilómetros de autopistas se vieron afectados por las fuertes nevadas, y en Milán hubo atascos en las rutas y retrasos y cancelaciones en los vuelos. También en Roma numerosos vuelos fueron suspendidos.

En París, la nieve ocasionó decenas de accidentes y demoras en los aeropuertos, y las autoridades francesas mantienen la alerta naranja en 34 provincias del Norte y del Este.

En tanto, en Madrid, hubo caos en el tránsito y en los aeropuertos por la tormenta de nieve. Además, varios tramos de dos autovías tuvieron que ser cerrados para evitar accidentes.

Agencias AP, ANSA y DPA