agosto 05, 2008

En un municipio donde se prohíbe la explotación minera la Nación promueve la extracción de uranio



La radiación sería la triste dueña de los majestuosos Valles Calchaquíes salteños. (Foto Pro-Eco)


Mientras en la localidad salteña de San Carlos rige hace más de un año una ordenanza que impide explotaciones mineras, ambientalistas denuncian que la Comisión Nacional de Energía Atómica se apresta a reabrir una abandonada mina de uranio en pleno Valles Calchaquíes. Exhortan al intendente local a que haga cumplir la norma vigente. Un pueblo de mineros en delicado estado de salud, ejemplo del posible desastre ecológico y sanitario que se podría causar en la región.

Mientras en el municipio salteño de San Carlos rige desde principios de 2007 una ordenanza que prohíbe las explotaciones mineras, paradójicamente, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) se encuentra presta a iniciar la reexplotación de la mina de uranio Don Otto (en el sitio denominado El Tonco, en los Valles Calchaquíes de la vecina provincia). En sí, más allá de la aparente violación a una normativa dispuesta por esta población, el malestar y temor en la región se sustenta ante la posibilidad de una nueva presencia de altas concentraciones de radioactividad en la zona.

Ante esta situación, durante la semana pasada, un grupo de referentes tucumanos de la Asamblea Socio-Ambiental del NOA (Asanoa) estuvieron en San Carlos para avanzar en cuanto al proceso de resistencia y concientización de las agrupaciones vecinales locales.

La tarea, encarada principalmente por integrantes de la ONG Pro-Eco (forma parte de Asanoa Tucumán) se centralizó en el fortalecimiento de la asamblea ambiental de esa localidad y en charlas de concientización en la población sobre las implicancias sanitarias y ecológicas que causará la reapertura del emprendimiento minero.

En forma paralela, se redactó un pedido de informes al intendente Roberto Vázquez (sería presentado hoy) en el que se le reclama el cumplimiento de la mencionada ordenanza (Nº 04/07)a la que tuvo acceso primerafuente que, entre otros aspectos, establece en su artículo 41 que “las autoridades proveerán (…) a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica y a la información y educación ambientales.”

Incluso, la norma también exige la realización de una audiencia pública ante la intención de cualquier explotación minera en la zona, aspecto que tampoco fue respetado.

“La ordenanza no sólo impide el desarrollo minero si no que obliga a la remediación del daño que causó la extracción de uranio en Don Otto”, aclaró a primerafuente Myrian Genisans, de Pro-Eco.

Lo que dejó Don Otto

Durante y tras finalizar su explotación (funcionó de 1964 a 1982), las consecuencias en la salud de la población, a causa de la radioactividad de la mina de uranio, aún hoy se hacen sentir.

Según denunciaron ambientalistas, hasta el día de hoy proliferan casos de enfermedades respiratorias y tumores entre los integrantes de las 19 familias de mineros del pueblo de Amblado, cercano a Don Otto.

Sin embargo, no sólo quienes tuvieron contacto directo con la explotación hoy pagan el precio de ese daño a la naturaleza. En poblaciones de toda la zona, Cafayate, San Carlos, Cachi, entre otras, prevalecen casos de patologías que habrían sido causadas por el emprendimiento minero.

La mina nuclear Don Otto fue abandonada por la CNEA en 1982 (funcionó desde 1964) dejando 500 mil toneladas de residuos radiactivos a la intemperie y remediación alguna, según las denuncias de los ecologistas. Se estima que del yacimiento se extraerán unas 30 toneladas de uranio por año.

Según se explicó, la minería de uranio podría generar residuos radiactivos de baja actividad que deben ser gestionados en forma segura ya que representan un riesgo radiológico por 50 años, pese a que los ambientalistas advirtieron que el gas radón libera radionucleidos por miles de años.

Ahora, ya comenzaron los trabajos para la reapertura del yacimiento (ya se habrían instalado hasta las casetas para los obreros) por parte del Gobierno nacional a través de la CNEA en sociedad con mineras extranjeras.

5 agosto 2008

Aprueban crédito para sanear colas de uranio de Malargüe


MAL RECUERDO. Imagen de una de las canteras de uranio en Sierra Pintada. (Foto: Los Andes)

Ambiente
Los Andes - sábado, 02 de agosto de 2008

La Nación quiere la reapertura
Apoyo a otros proyectos


El Banco Mundial otorgará un préstamo de 30 millones de dólares para remediar los desechos minerales. Harán una licitación internacional y los trabajos demandarían tres años.

Pablo Icardi - picardi@losandes.com.ar

Los malargüinos lo saben en base a la experiencia: en este tema hay que ver para creer. Pero al menos ahora la plata para concretar el saneamiento de los residuos de uranio está. El Banco Mundial acaba de aprobar un crédito de 30 millones de dólares para que la Comisión Nacional de Energía Atómica realice la remediación de las más de 700.000 toneladas de colas de uranio que yacen en el corazón de ese departamento del Sur.

Se trata de basura dejada a cielo abierto luego de que se cerraran los proyectos de explotación y tratamiento de uranio , y que no fueron tratados correctamente. El lugar ha sido denunciado por organizaciones locales e internacionales por ser un foco potencial de contaminación para la población debido a la exposición constante a la radiación.

El crédito fue aprobado el jueves en Estados Unidos. Ahora sólo resta que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner acepte formalmente esa ayuda a través de un decreto.

El organismo encargado de dirigir el proyecto es la CNEA. Según adelantaron desde ese organismo, se realizará una licitación internacional para adjudicar los trabajos de saneamiento.

"Nosotros estamos realizando tareas, pero por las limitaciones presupuestarias el ritmo es lento.Ahora con el crédito se abre la posibilidad de realizar todos los trabajos juntos y concluir el saneamiento", explicó Aníbal Núñez, gerente del Proyecto de Restauración Ambiental (Pramu).

El crédito, que será entregado a través del BIRF, apunta a que los trabajos de Mendoza sean una prueba piloto para el resto del país. Es que de los 30 millones de dólares, 15 serán usados de manera directa para los trabajos de campo en Malargüe.Y en base a esa experiencia se iniciarán estudios en, al menos, otras 7 provincias en las que hay pasivos ambientales similares.

Otra parte del dinero irá a fortalecimiento institucional, con la idea de apoyar el desarrollo de mejoras ambientales en la actividad minera.

"El reacondicionamiento y restauración de minas cerradas es un proceso relativamente nuevo en la Argentina; por lo tanto, hay poca experiencia en el cierre y limpieza de minas. El proyecto asegurará que la herencia de anteriores actividades y cierres del sector minero sea conducido de acuerdo a las mejores prácticas internacionales y con procedimientos adecuados de consultoría y monitoreo", dijo Pedro Alba, director del Banco Mundial para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.

La remediación y los plazos

El proyecto de saneamiento fue elaborado por la CNEA hace varios años. La idea es preparar el terreno para el depósito final de las colas de uranio de manera que se eviten filtraciones al subsuelo. En este caso, no se usarán membranas, sino sedimentos naturales. El depósito será cerrado también con sedimentos. Esa superficie luego puede ser forestada o aprovechada con otros usos.

"Es un sistema que garantiza seguridad por 200 años. Responde a todas las exigencias ambientales y permitirá un uso sustentable del terreno", aseguró Núñez. Según los cálculos de los especialistas, la remediación final demandará tres años de trabajo intensivo.

Resolver los pasivos dejados por la CNEA es un paso clave para los planes de desarrollo del sector que tiene pensado el Gobierno nacional, pues Mendoza puso como requisito indispensable para hablar de reapertura de la actividad en Sierra Pintada, cumplir con el saneamiento (ver aparte).

La planta de Malargüe comenzó a operar en 1954 y cerró en 1986. La actividad del complejo de Malargüe consistía en la extracción de uranio y la producción de concentrado de ese mineral.

Luego la producción se enviaba a Córdoba para que fuera procesado y usado, luego, como matera prima en las centrales nucleares (para producir energía atómica). Desde que cesaron los trabajos, quedaron depositadas como montañas las toneladas de residuos de producción de uranio, a pocas cuadras del centro de la ciudad.

El proyecto financiado por el Banco Mundial no incluye a la planta y los residuos depositados San Rafael (ver aparte). El encargado de pagar el préstamo es la Nación, que deberá devolver el dinero en 30 años, pero empezará a pagar dentro de cinco.